domingo, 8 de diciembre de 2013

Se llama Esperanza


Se llama esperanza

Se llama esperanza, es amiga del silencio, se conocieron una tarde cuando el sol caía y la brisa marina invadía a Antonio sentado al borde de una pocita natural mirando el horizonte, era su espacio preferido. Siempre volvía a ese espacio para encontrarse, allí nació esa amistad producto de su largo trajinar, para evocar sus momentos idos, recordar aquella sonrisa, aquellos juegos, aquellos retazos de felicidad. Sólo él conoce ese espacio y cada vez que puede llega a la misma hora, a la misma pocita a sentir la brisa aquella y espera el mismo ocaso que el sol le regala.

El tiempo es lento para los que esperan, rápido para los que tienen miedo, largo para los que se lamentan y corto para los que festejan. Pero para los que aman, el tiempo es una eternidad. Antonio sentía que su tiempo estaba detenido; todo empezó cuando Maribel dejó de caminar a su lado.

Se conocieron en la capital, él venía de su pueblito acogedor ubicado en la costa norte, lugar de nobles pescadores artesanales de rostros oscuros quemados por ese sol ardiente que les prodiga todo el año. Ella recien había llegado a la capital, embajadora del señor cautivo. Las carpetas unipersonales del instituto ubicado en pleno centro histórico, fueron los primeros testigos de esa amistad que fue creciendo, alimentadose cada día por frases llenas de candor y mensajes ocultos por ese amor en ciernes.

Se acompañaron todo el tiempo que duró sus estudios. Antonio le regaló un espacio que tenía en su pueblo, le prometió llevarla a ese lugar, le describió que era el mas hermoso de los paisajes que había visto, era una pocita hecha de rocas formadas por miles de años a la orilla del mar, la llevaría a la hora cuando el sol se despide, le regalaría ese espacio, ese tiempo y lo vivirían juntos.

Culminaron sus estudios, Antonio volvió a su pueblo y Maribel al suyo. Prometieron frecuentarse, comunicarse, ya sea por cartas o llamadas telefónicas y mantener vivo sus sentimientos, el tiempo hizo lo suyo, ellos lo mismo, pero ese candor inicial se fue apagando, adormecieron el amor y pensaron que aquello fue una ilusión, para Antonio fue su esperanza.

Después de años volvieron a encontrarse, ella integraba la comisión de profesoras que acompañaban el viaje de promoción del colegio donde Maribel enseñaba. Escogieron visitar la ciudad de Antonio. En la ciudad los jovenes de promoción visitaron las playas, las pocitas, lugar preferido de Antonio y en la hora del almuerzo, detenidos para un descanso despues del intenso trajinar, la tertulia se hizo presente. Maribel se enteró de Antonio, de sus caminos trazados en su pueblo. Aunque quiso ocultar su interés, pudo mas ese sentimiento oculto por años. Afloraron esos gratos momentos que vivieron en la capital cuando jovenes se entregaban a sus atenciones.

Antonio recibió el mensaje de Maribel, encontrarse en la pocita, hoy lugar preferido de él, a la hora donde el crepúsculo marino es el paisaje natural mas hermoso de todo el día. El lugar prometido.

El encuentro estuvo cargado de emociones y nervios propios de la situación. Se contaron de sus vidas ausentes, de sus reclamos por no buscarse y dejar que el nadismo hiciera lo suyo por años. Los dos esperaron por años, pero esa llama inicial de promesas se fue apagando con el tiempo y ambos hicieron sus vidas no pensando que tal vez se encontrarían en ese lugar que se prometieron, lágrimas surcaron las mejillas de los dos, el tiempo había hecho lo que no hicieron, olvidarse y hoy amarse aunque tarde, pero en fin.

Me pregunto si el tiempo puede ayudar a disipar las penas, las frustraciones, las amarguras, las impotencias. Solo el tiempo lo sabe. Hoy él es mas sabio. Tomar decisiones por la naturaleza del destino, suele mover las fibras dormidas del amor, esas que quisieran que no existan porque lastiman. No pensaron que iban a despertarlas, pero hoy estan y tienen que convivir con ellas.


Máncora, Bendecido por Siempre


MÁNCORA, BENDECIDO POR SIEMPRE Y EN ESPERA DE SU JUSTA REIVINDICACIÓN

El título del presente artículo obedece al deseo de dar relieve a las riquezas naturales que Máncora ha tenido desde siempre y que en gran medida han contribuido al erario nacional y regional, reafirmando su histórica participación y en la actualidad su importancia turística, mezclados con el deseo justo, de lograr su reivindicación.
Debo primero manifestar que discrepo respetuosamente con aquellos que dicen que Máncora tiene espacios definidos muy diferentes como la hacienda Máncora y el hoy distrito de Máncora, y por tanto hay que hablar por separado de Máncora, no mezclando las cosas, incluso que las proyecciones que se tengan a favor de su beneficio deben primero observarse para no incurrir en error alguno. Criterio que no toma en cuenta y olvida que ya como hacienda o distrito existe un denominador común que es su nombre.
Paso a explicar mi opinión. La hacienda era un territorio validado jurídicamente en la época colonial ya que se le adjudicaba previa cancelación de su valor a un español que lo solicitaba a través de un juez de tierras para hacerse cargo de dicho espacio geográfico  y de lo que en él se  producía para contribuir con sus tributos al sostenimiento de la corona. En el particular caso que venimos tratando, el Juez Dávalos Maldonado otorga en 1629 las tierras eriazas y realengas de Máncora ubicada entre los ríos Tumbes y Chira a su primer propietario, el militar español Martín Alonso de Granadino y así quedó hasta muy entrado el siglo XX.
Ahora, los distritos, provincias y departamentos son espacios que tienen su génesis en la era republicana puesto que  después que se proclama la independencia del Perú en 1821, la división política del país se establece de esta manera. Por tanto, es fácil entender que una cosa es hacienda y otra es distrito.
 Dicho lo antelado, sostengo que el asunto es el nombre. ¿Porque es que aun extenso territorio situado entre los ríos más caudalosos de la costa peruana como el Tumbes y el Chira, se le puso ese nombre: Máncora?
Baltazar Martínez de Compañón, obispo de Truxillo del Perú, hizo en el siglo XVIII- hacia 1783- que sus cartógrafos definan el partido de Piura y en uno de sus mapas se aprecia claramente que entre ambos ríos solo se hubiera señalado claramente un poblado, Máncora. Al poner el poblado de Máncora al lado de su escorrentía entonces creemos que fue el centro que desde muy antaño ejerció poder en tan vasto territorio. A la luz de las investigaciones que de Máncora estamos haciendo, reiteramos que el inmenso espacio que mencionamos tuvo por así decirlo una especie de propiedad a favor de un hombre que pudo ser un principal, un cacique o alguien parecido que tenía  poder sobre todo lo que hubiera en dicho gran espacio geográfico.
Colegimos ahora que el  nombre de ese  territorio fue respetado por los españoles  pues no nos olvidemos que Máncora fue parte del territorio Tallán, cultura ancestral pre inca, tal como lo señalan   historiadores cuyas fuentes documentales fueron los cronistas de la conquista o en el caso de los arqueólogos cuyas  prospecciones realizadas en el entorno regional los han hecho arribar a estas conclusiones, que Máncora fue Tallán.
Máncora es la españolización del Mancura Tallán tal como lo sostiene el reconocido Arqueolinguista piurano Rudy Mendoza Palacios, quien sostiene que el segmento toponímico URA tiene que ver con el elemento natural agua y el MAN o MAM con el Sec Colán padre, lo que podría explicarse como padre del agua, quizá por el agua de su quebrada conocida hoy como Fernández y el mar prodigioso que lo baña. Recordemos que entre el Tumbes y el Chira la única quebrada que abastece a su propio pueblo con agua es la quebrada Fernández, debido a  su riquísima napa freática cuyo volumen, incluso, alcanza para compartir abasteciendo al vecino distrito de Los Órganos. Además no  olvidemos que los nombres originarios de varios pueblos de Piura tienen toponimia tallán como Sechura, Catacaos, Colán, Piura, Poechos, etc.

Finalizo la introducción  diciendo que, pasando la era colonial, Máncora siguió como hacienda y después de 87 años de proclamada la independencia, recién alcanza el status de distrito de la provincia litoral de Paita. Pero su nombre siguió siendo respetado, Máncora, porque ese nombre se le atribuyó al naciente distrito cuya capital sería el pueblo de Pariñas, tal como lo señala la Ley de creación N° 818 del 14 de noviembre de 1908.
Todo el territorio del distrito de Máncora desde 1908 hasta 1956 era lo que hoy  en día es la totalidad territorial de la provincia de Talara y por tanto creo que decir que hay que diferenciar  los espacios de hacienda y distrito, es poner en minúsculas el nombre de Máncora y más aún cuando se esgrime que debe tenerse cuidado con sus proyecciones  olvidándose la gran riqueza  que de él se desprende.
Discrepada la posición de quienes dicen que hay que diferenciar los territorios, con los argumentos históricos aquí expuestos, pasamos ahora a enumerar las riquezas que ha  aportado Máncora, y que sustenta lo dicho, que esta tierra es bendecida por siempre.
Primero hablemos del carbón.
El carbón vegetal producto de la quema del portentoso algarrobo de sus campos, se embarcaba en las playas de Máncora entre los siglos XIX y hasta muy entrado el XX para movilizar las grandes máquinas a vapor como ferrocarriles y barcos. Hacia el Callao por la vía de Paita  o Guayaquil era llevado el carbón para su comercialización. Grandes embarcaciones acoderaban en su rada y en balsas se llevaban el carbón hasta depositarlos en las  bodegas de los barcos, para luego ser trasladado hasta su destino final. El carbón fue una industria muy lucrativa pues era el combustible para el transporte de personas y cargas. La Aduana del Perú, cobró a favor del erario nacional impuestos y tributos por este concepto en grandes cantidades.
Si hablamos del petróleo, empezaremos diciendo que en Zorritos cuando se explota el primer pozo petrolero de Sudamérica en  el siglo XIX, esta localidad tumbesina pertenecía a la hacienda Máncora y que como ya lo dijimos en anterior artículo, cuando se agota el petróleo en Zorritos su explotación se traslada  hacía el sur en los predios del distrito de Máncora desde 1908 en adelante, sin dejar de decir que las secciones de la Brea y Pariñas pertenecían a la hacienda Máncora, desde la época colonial. Máncora tuvo petróleo, ya como hacienda, ya como distrito y por ello es que hoy reafirmamos que debe dársele una justa distribución del canon petrolero, pues a mérito de los sólidos considerandos que se esgrimen y por la territorialidad recortada, se debe resarcir de esta manera a nuestro distrito.
Brevemente hemos tratado del carbón y el petróleo, ahora hablemos de la pesca.
La pesca ha sido un rubro industrial, económico y laboral muy importante de Máncora, pero lamentablemente muy  venida a menos desde hace muchos años por la sobre explotación de su riqueza ictiológica en la que confluyeron intereses económicos particulares muy fuertes y la permisividad  de funcionarios venales del estado que permitieron la liquidación de la gran biomasa  de su archiconocido banco marino de Máncora.
En los años dorados de la pesca, Máncora generó fabulosas cantidades de extracción hacía la mitad del siglo XX exportándose Pez Espada, Pez Aguja, Tuno, Barrilete, etc., a diferentes países de América y Asía. Entre 1956 y los años setenta incluso había Aduana Marítima en nuestro distrito, lo que revela la recaudación de impuestos y tributos por este rubro, pues la instalación de un puesto de control aduanero no significa otra cosa que recaudación de dinero a favor del estado y por tanto no es gratuita su permanencia en ningún lugar, si es que no tiene este propósito.
Conocido entonces el gran aporte a la caja fiscal del Perú, ¿que nos queda ahora como principal fuente económica? Sin lugar a dudas, el turismo.
Máncora es un polo de desarrollo turístico y desde esa óptica y pensamiento se debe trabajar para dar sostenibilidad en el tiempo a esta actividad. Tiene Máncora hermosas y limpias playas, una gastronomía exquisita, ofrece además turismo rural y ecológico y en cuanto más turistas lleguen aquí, entonces más turistas llegaran a otros destinos cercanos buscando conocerlos como Los Órganos, Cabo Blanco, Lobitos, Negritos, Catacaos, Punta Sal, Zorritos, La Cruz, Puerto Pizarro y Tumbes y es por ello que reiteramos que es un polo de desarrollo pues atrae, invita y genera un inusitado movimiento económico y más aún, que no debemos olvidar que pertenece al circuito de playas del norte, del cual es su principal exponente.
Jorge Santayana dice que los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla y por tanto al conocer lo que siempre hemos sido y aportado, nos llamará a coadyuvar en el cuidado de esta denominada industria sin chimenea, quizá la última oportunidad que tengamos para desarrollarnos como debe ser.
Lo nuestro no es chauvinismo, no es un desmesurado amor y apego a la tierra, pero a la luz de los hechos  nuestra  voz se alza fuerte para exigir la reivindicación histórica  que merece y por tanto debemos hacer propio el reclamo justificado por que a Máncora se le dé un trato justo en la distribución del canon petrolero, asignándosele mayores recursos económicos vía transferencia del MEF a su municipio para dar mayor sustento a su clara preeminencia turística ya que como hemos dicho, es indudablemente un polo de desarrollo que necesita indefectiblemente de atención estatal y capitales privados, pero también de hombres probos en el manejo de su diario devenir, pero asimismo de la unión de todos sus hijos y de quienes la eligieron por sentimiento y corazón.
Jorge Antonio Salas Arica.

jueves, 22 de agosto de 2013

Puede Suceder


PUEDE SUCEDER

Él llegó con el entusiasmo de ver e intercambiar algunas ideas y noticias de actualidad; se había anunciado que su amigo el psicoanalista iba a firmar sus libros, él llenó de preguntas su alforja, listas para gatillarlas en el momento oportuno. Llegó pero el intelectual hacía unos minutos había partido. El ánimo se le desvaneció abrigando la esperanza que tal vez podía volver, la promotora de tal actividad hizo lo posible de ubicarlo para robarle unos segundos y pueda volver a su ausente aposento que le sirvió para plasmar su pluma en los libros de su autoría. El intelectual brilló por su ausencia, no volvió. Para calmar su malestar intentaron invitarle una taza de bebida calienta, pues el frio hacía su cometido, él con el caracter que le caracteriza pudo domar al cerebro reptiliano que lleva consigo y no se dejó llevar por la adversidad coyuntural, al contrario se enfrascó en una tertulía interesante desde la gastronomía pasando por su infancia y las paradisiacas playas de su querido norte, tanto así que por un momento olvidó la reunión programada horas después con sus amigos con quienes compartió carpeta en el claustro universitario donde se formó. De la adversidad ó de la frustación él pudo aprovechar ese momento para intercambiar sus gustos y compartir alguna que otra broma, el ambiente era propicio por la campañía. Belleza e inteligencia son dicotomías infrecuentes en un ser, bastaron unos momentos para entenderlo, o será que tal vez esa era la recompensa, ó el acicate para apaciguar sus demonios. Entendió entonces que un paradigma se puede romper fácilmente, un prejuicio que lo había mantenido por siempre puede ser una excepción y este era uno de ellos. En pocos instantes descubrió que la promotora era cultora de la buena tertulia y del buen hablar, cosa muy venida a menos hoy. Impresionado por dicha virtud se aprovecharon los tiempos para intercambiar opiniones diversas y dejar que esa casualidad del destino, adversa por la falta de unas firmas en sus libros, sea reemplazada por la simple belleza e inteligencia descubierta ante una ausencia inesperada.



domingo, 14 de abril de 2013

Mi soledad y tu


Mi Soledad y tu

Una amiga en común fue quien hizo que avivaran los recuerdos, ella salía de una enfermedad muy prolongada y Lorenzo por muchos años no sabía el paradero de su amiga entrañable. Habían crecido y jugado juntos en el mismo barrio, pero en la adolescencia cada uno caminó por distintas aceras.

Se encontraron en cierta ocasión en la ciudad que los vio crecer durante sus adolescencias. Él cursaba estudios universitarios y ella se había dedicado al negocio de las prendas e vestir para damas y por su carisma tenía una vasta legión de clientes.

En cierta ocasión tuvo el atrevimiento de sacarle una cita a su amigo Lorenzo para ir de rumba a un salsódromo en Lima, cosa no usual para esa época donde el formalismo era la norma. Eran tiempos violentos, la subversión estaba en su mas alto nivel, pero a pesar de todo, pudieron acudir a un salsodromo en la Av. Alfonso Ugarte cerca a la casa del pueblo. Se divirtieron de lo lindo acompañados por unas cuantas guaranás, venían de una educación conservadora y a pesar de haber cumplido recien la mayoría de edad no se atrevía a probar licor por temor a las reprimendas de sus tutores.

Fue una noche de sonrisas y actualizaciones noticiosas, añoraban su terruño y en ese pequeño espacio bullicioso evocaron la tranquilidad que les regalaba ese inmeso mar norteño, su gente de piel quemada por el sol y de las calles polvorientas con el olor de la brisa marina, de esos silenciosos cangrejos que recorrían la orilla del mar ocultandose en sus reductos cuando alguíen osaba tomarlos. 

Después de esa cita nostálgica, se comunicaban por telefóno para conocer e intercambiar las novedades del lejano terruño. La internet aun no había llegado y la red social vigente era el hilo telefónico. Con el tiempo las frecuencias de comunicación se fueron perdiendo en el horizonte del tiempo.

Muchos años pasaron para volverse a encontrar. Lorenzo en una de sus visitas a su terruño preguntó a los amigos del barrio por la amiga, por Ivonne, algunos cambiaron su gesto risueño y alegre, el silencio fue el protagonista en ese momento. Lorenzo intuyó que algo triste había ocurrido. Ivonne estaba pasando por una penosa enfermedad, se encontraba en un tratamiento largo y doloroso. Una enfermedad silenciosa la había tomado y ella estaba luchando por su vida, se aferraba a ella porque tenía un esperanza que le alumbraba y era el motor de su vida, una niña de apenas ocho años. Lorenzo quedó pasmado por la noticia, quiso conocer su paradero pero fue inutil, nadie lo sabía solo su padre que mantenía el hermetismo y supimos entenderlo. Esa noticia quedó presente por mucho tiempo y Lorenzo deseaba ver a su amiga, transmitirle su compañía si en algo ayudaba amenguar el dolor de su enfermedad, se imaginaba el cambio de look producto de las sesiones de quimioterapia a las que se habría sometido. Por su carácter alegre, su sonrisa, sus sinceridades, sus simplonadas como solía comentar, no nos imaginábamos cómo estaba afrontando este reto a la vida, su vida. Por esa casualidades que el destino te regala, un buen día la hermana de Lorenzo, Rosario estuvo de visita en casa de Lorenzo y llegó a casa con la noticia de haberse encontrado con el hermano de Ivonne a unas calles de casa, Ivonne estaba viviendo en casa de su tía Angélica a dos calles de la casa de Lorenzo. La emoción fue grande, ávidos por ver a Ivonne, se planificó la visita. Fue grande la felicidad al verla, con los rezagos de la Quimioterapía pero con ese temple de ella, alegre y confiada que esa enfermedad no la iba a doblegar, empezó con sus bromas, decía que había ingresado a la universidad y que el look que tenía en ese momento, con el pelo corto era por su ingreso a la universidad de la vida, todos se contagiaron de ese ímpetu que le estaba poniendo a su adversidad y se llenaron de alegría, fue una noche de alegría, de risas y de mucho chisme. Así empezaron a frecuentarse y ver de su progreso, sus luchas internas. En una tarde Lorenzo llamó a Ivonne para saludarla y saber de ella, se llenó de emoción e impotencia, acababa de salir de una de sus sesiones de quimioterapia y con la voz adormitada le contestó y pudo entender en sus balbuceos que estaba luchando, las lágrimas invadieron a Lorenzo y la rabia acompañó al sentir la impotencia de no poder hacer nada por ella. Aprendió en ese momento que esa enfermedad no solo es de quien la padece sino también del entorno que te rodea, años después Lorenzo pudo revivir esa experiencia con dos seres muy queridos uno de ellos fué su padre.

Las visitas se hicieron mas frecuentes para ver los progresos de Ivonne, Lorenzo se sorprendía de esa fuerza interior de Ivonne. Luego entendió que esa fuerza se la daba Valery su hija pequeña, aun no entendía de dimensión de crisis de su progenitora. 

Ivonne subió el primer peldaño de vida, superó su crisis inicial, la batalla iba ser dura, de por vida, pero volvió a encontrarse con los suyos sus amigos, Lorenzo aprendió en este corto tiempo, esos regalos que la vida te da, lo hermoso que es vivir en salud. Años después Ivonne se convirtió en asesora familiar, el padre de Lorenzo fue diagnósticado de ese mal moderno en una etapa avanzada solo unos meses mas el padre de Lorenzo los acompañó. Ivonne fue el soporte emocional de la familia, Lorenzo quedó en deuda de por vida, rios de lágrimas corrieron en el interior de Lorenzo por este dolor, volvió a sentirse el ser mas miserable, muchos recuerdos renacieron, Lorenzo sintió su soledad a flor de piel, ausente de progenitores, víctima de la tristeza sin poder disipar su dolor, esa fue la soledad que lo acompañó y lo acompañará...

Ivonne continuó con sus progresos y su nuevo estilo de vida, cada vez que se encuentran ambos recuerdan esos momentos de angustias y tristezas, el vínculo de amistad creció a pesar de las soledades.

jueves, 21 de marzo de 2013

Mi amigo Charly

Mi amigo Charly


Solía caminar con mi amigo charly por la playa, cuando el sol me regalaba sus ocasos. Fueron momentos llenos de quietud oliendo la naturaleza marina, mi amigo, mi fiel compañero siempre me regaló su sonrisa. Con sus ojos vivaces me decía lo mucho que me apreciaba, caminábamos, corríamos y jugábamos juntos. Amante de la naturaleza, dejábamos que la brisa marina nos envolviera de su frescor y mirábamos el horizonte envueltos con una gran tranquilidad.

Muchos años acompañó mi infancia y juventud, fiel por naturaleza no dejaba que la tristeza me invadiera, hoy recuerdo cuando mi gran amiga se despidió de nosotros para siempre, él estuvo junto a ella y durante los dias posteriores nos refugiábamos en esos rincones y llenos de tristeza nos desahogábamos, nuestros pasos nos delataban, eran pasos de tristeza llenos de soledad, él estuvo allí compartiendo mi tristeza y sintiendo la ausencia de mi gran amiga.

Admiraba su pecado gular, devorador de cuanto esquisitez culinaria tenía al frente. Amante de las estructuras oseas bien cocidas. Disfrutaba de las aguas heladas que mi amigo José le prodigaba de su depósito de hielo para la raspadilla y era un amante empedernido. Admiraba su entrega total cuando cupido lo invadía, dejaba todo por estar junto a su amada, se perdía durante días por entregar su amor a la pareja de turno y después de apagada su llama sentimental volvía a casa con una verguenza que lo delataba pues no atrevía a mirarte a los ojos ó hacerte cariños de amistad, simplemente ingresaba a casa y en un rincón de su habitación se refugiaba a la espera de la reprimenda. Sucio y delgado volvía a casa con un hambre devorador después de haber lidiado con un sinnúmero de pretendientes y airoso de haber conquistado a su amada por unos días entregados al placer de la exquisitez sexual. Llevaba una filosofía de vida muy práctica, te podrán reprender, te podrán castigar pero después de todo, nadie te quita lo bailado.

Aprendió a recibir en el aire su golosinas preferida, unas rosquitas hechas de harina y manteca, disfrutábamos de su pericia acobática. Era un nadador eximio en el mar, le gustaba el agua salada se sentía como un pez en el agua y solía embadurnarse de arena fina cuando se refrescaba en el mar después de un reparador baño de agua marina.

Tenía el rostro de adulto pero el cuerpo de joven y enano, lleno de vitalidad con una voz gruesa te intimadaba, en el fondo era un encanto de ser lleno de bondad. Cuando entablabas amistad con él conocías su verdadera alma, juguetón por naturaleza y compañero en ausencias necesarias. Supo acompañarme cuando mis sentimientos estuvieron en silencio por la ausencia de alguna doncella. Cuanto extraño a mi amigo, tal vez hoy comprendiera mi corazón y acompañaría mi silencio como lo hizo en mi juventud.

Este es mi homenaje a un amigo de siempre, que estuvo a mi lado, fiel a su estilo porque Dios lo hizo así. Existe un espacio reservado en mi memoria para él, supo entender mis sentimientos y me llenó de felicidad, hoy que decidí caminar en silencio me acordé de él, tal vez Dios me lo envió a mi memoria para que me acompañe y que mi nostalgia amengue mi dolor...gracias amigo Charly mi fiel escudero.


domingo, 10 de febrero de 2013

The Right Sizing

Una de las gratas experiencias vividas con amigos de sudamerica recientemente...Juan Carlos, Agustín, César y Leoncio Cirilo. Una amistad que se forjó en los procesos técnicos, en los tertulias, en los hoteles, en los restaurantes, en los taxis, en las comidas, en el aire...

The Right Sizing

Dia 1
Fue un Domingo en que salió Lorenzo, fue una tarde de compañía familiar, un solo pedacito de dulce helado se compartieron. El llevaba en su betusta maleta, a su jumento rocinante informático. Un miedo disminuido por el tiempo y su silencio interior le delataba su tranquilidad, su paz, su amor a la vida, sus amores de silencio.
Llegó a la ciudad, nueva para él, pero dominada por su primer olor... percibido. Temprano encontró el aire frio, fresco, de sierra, la tierra de su maestro Gabriel y la jornada empezó temprano. Bajo el brazo llevaba sus primeras propuestas, sus sudores plasmados en indicadores, en ratios, en ingenios. Le soltaron un sonrisa y asintieroncomo sintoma de aprobación su trabajo. Felicidad interior para Lorenzo, aunque lejos de los suyos.
Con entusiasmo empezó su jornada y con sus pares intercambiaron ideas, propuestas él feliz, estaba donde siempre quiso estar, discutiendo, proponiendo, pensando para el cambio.
Tarde se acordaron que tenían que refrigerar, es costumbre habitual no medir el tiempo, cuando el entusiasmo aborda la jornada. Caminaron por la ciudad nueva, el movimiento calmado y los rostros nuevos le devolvieron a la realidad que estaba en otro habitad. El sonido coloquial de los diálogos lo desacomodaban a Lorenzo, un respeto al si señor, mande ud señor, como ud diga señor, un lenguaje familiar al de su amigo Cervantes.
Luego de llenar el pecado gular, salieron a conocer la ciudad. Parques hermosos muy bien cuidados. Silencio de paz en la ciudad le volvían a recordar a Lorenzo que no estaba en su habitat. De retorno al hotel Lorenzo cayó en cansancio y el sueño lo dominó. El mañana lo esperaba y él esperaba encontrar a su jornada...

Fin de la jornada en el país del "Si señor"
Después de un largo trajinar, el grupo de trabajo de Lorenzo pudieron hacer un alto en el camino, el cansancio se evidenciaba en los rostros. Las ojeras eran evidentes. Dias enteros envueltos en un intercambio de ideas y posiciones. Al fin el resultado se plasmaba en una presentación que resumía toda la jornada. Revisaron todos los procesos de manera exhaustiva para entender cómo la primera empresa a donde habían ido funcionaba. Se notaba una atmosfera de satisfacción, convencidos que las discusiones alturadas, las posiciones firmes dieron sus frutos. Lorenzo se sentía feliz aunque lejos de los suyos, sabía que estaba en una etapa de crecimiento, recordaba su infancia, él que venía de un pequeño pueblito, que salió desde muy adolescente, nunca pensó estar sentado a lado de colegas de muy alto nivel discutiendo y plasmando las directivas para los próximos cinco años en las empresas de toda la región. No podía creer que esa cuota de humildad que sus padres le inculcaron, esa cuota de disciplina de vida, lo había hecho llegar tan lejos. Extrañaba a sus escultores de vida que lo tallaron, una mezcla de tristeza y de alegría lo envolvió por un momento, trató de ocultarlo pero uno de sus colegas notó de su melancolía y le pidió que le confesara de su pesar y a Lorenzo le delató un gesto de tristeza. La confesión fue breve y lo entendieron. Solo es el inicio, tu espíritu es noble alguien le dijo y la jornada tenía que continuar.
Presentaron el informe a la plana mayor sobre el diagnóstico encontrado en la empresa. Quedaron muy satisfechos con la promesa en reorientar sus procesos. El ambiente se llenó de vitalidad, se reunieron todos lo involucrados y se expuso lo encontrado, terminada la alocución un agradecimiento total por el trabajo efectuado y salió a relucir ese espíritu de camaradería de los buenos latinos que aprecian el profesionalismo. El grupo entró en cuenta regresiva, pues ya tenía la agenda ocupada, había que continuar al otro destino, al otro país, la tierra de los incas y efectuar la misma labor. Despues de una intensa jornada y de haber cultivado nuevas amistades y sientes que son sinceras te quedas con la sensación de no querer partir, pues te brindaron un gran hospitalidad, al margen del trabajo profesional, esa amistad es la que se valora.
En un pequeño establecimiento probaron un bocado ligero con amigos quienes compartieron la jornada, las bromas y comentarios salieron a la luz con mayor displicencia, la peculiaridad del modo de hablar de los paisanos de García Marquez le marcaban a Lorenzo ese respeto, por el "si señor". Con los minutos contados se dirigieron al aeropuerto y en el camino había que ordenar la agenda para el próximo trabajo en la ciudad de los reyes, dejaron el país de Macondo e ingresaban al país del pisco sour, la tierra de Lorenzo.

....continuará


Y pasaron doce años

Lo escribí camino a mi casa en Máncora. Sólo me dejé llevar por esa felicidad de volverme a encontrar con todos mis hermanos después de doce años...

Y pasaron doce años

Camino a casa con la esperanza de encontrar un retacito de esa felicidad austera, sintiendo una paz interior que después de mucho tiempo no lo sentía, hoy muchas anécdotas de infancia me acompañan y la familia esta allí con la sonrisa en el ambiente que hoy espero encontrar.
Hoy brotarán las bromas y juegos de infancia, evocaremos a los precursores. Si estuvieran con nosotros les jugaríamos las mismas bromas, hoy serán nuestros invitados en pensamiento y sentiremos su respirar. Nos uniremos en abrazos familiares y haremos de la tertulia nuestro pasatiempo favorito como solíamos hacer.
El tiempo esperado llegó, aunque es minúsculo, es suficiente para renovar votos de amor familiar, recordaré ese árbol que me ayudasteis a sembrar ese libro que me enseñasteis a leer, esa herramienta que dejastes que usara, esa puntualidad y respeto que quedo en mi, eso y tantas vivencias más...le agradezco a Dios que nos este regalando este tiempo maravilloso, sentimientos encontrados pero al fin sentimientos buscados.
Un cholo, un negro, un Serrano y una zamba ojona se unen después de doce años en un cónclave de razas para ratificar ese sentimiento de hermandad, en ese espacio de idos tiempo pasaron muchas tristezas, pérdidas, alegrías agrias pero el amor de familia se mantuvo como el primer día en que nos fuimos alejando en busca de horizontes, hoy es un día para recordar a nuestros vástagos que el amor de familia es el centro de la vida, ese fue el legado de los viejos, han pasado algunos años desde que partieron y parece como si hubiese sido ayer, aún no se apagado su llama, al contrario sigue vigente su docencia, siento que fueron los mejores artesanos de vida, nos supieron tallar, le pusieron mucho amor a sus obras de arte, fueron nuestros Yepetos y nosotros sus muñecos de madera que Dios les dio vida y hoy brillan bajo el manto protector de sus ausencias...Gracias vida por este regalo que nos das y gracias Lubinda y Víctor siempre estarás en nuestras memorias, simplemente somos vuestras continuidades y si una lágrima se me derrama es por ese amor inmenso hacia Uds...simplemente somos esa continuidad y gracias.