Este es un blog para los amantes de la cultura; para los mancoreños y los que aman este pedazo de tierra en el norte del Perú.
Soy un mancoreño que añora su terruño y este es mi homenaje a su gente cálida y amable a sus hermosas playas y su deliciosa gastronomía...que disfruten
La ilusión puede desvanecerse en un instante, pero la esperanza se guarda para que el tiempo haga lo suyo. Solo el silencio te puede acompañar, el fiel compañero de tus pesares, de tus memorias comprometidas, recuerdos que quisieras que aquellas que están en tu nirvana afloren.
Escuchar una hermosa melodía que te permita viajar al sueño esperado te motiva a vivir y continuar caminando, esperando que la esperanza te deje ver la luz de aquel faro que se encuentra en el horizonte y que el viento te lleve hacia aquella orilla y te preguntes, ¿Dónde está el amor?, ¿Dónde está la felicidad?, ¿Dónde estás vida? y ¿porqué...?.
Si alguna vez conseguistes sonreir gracias a mi, es lo que me hace seguir viajando, lejos de tu ausencia, con mis credos, con mis papeles trazados con tinta envueltos con mis pensamientos, convicciones, creencias y todo aquello que me hace seguir buscándome y buscándote, matando mis demonios internos que viven de mis tristezas, de tu ausencia, de mi faltancia. Seguiré buscando tu aroma en el viento si es que algún día logre encontrarte, estoy seguro de no agotarme si mantengo viva la llama de mi esperanza.
Tal vez he sido elegido para trajinar por este camino por esa sensibilidad de conjugar el tiempo, el espacio, el pensamiento lleno de luz gracias a la buena prosa que me permite desenvolver los hilos de la vida.
El problema de las redes sociales es que genera virtualizaciones inconscientes, abarcando desde falsos sentimientos hasta la anulación ó reducción de expresiones en prosa. Hoy todo se reduce a poner un "like", "me gusta" o hacer un comentario de los mas superfluo sin contenido, sin sustentación y generación de debate. Eso ha permitido que hoy la polémica, la discusión mediante el debate alturado haya desaparecido. Hoy solo se cuenta la cantidad de "likes" si es que deseas figurar en el ámbito de la popularidad, por tanto la cantidad ha desplazado a la calidad en desmedro del crecimiento espiritual. Este decaimiento se agudizado en los últimos años y me atrevería a decir que esto se ha incrementado con el avance tecnológico y la masificación de las comunicaciones.
Hoy la prosa extensa se ha convertido en aburrida, sin sentido. Se pide que sea lo mas resumido nada mas contraproducente si es que queremos crecer como persona individual, hoy el verbo y las expresiones estan reducidas a la mínima expresión y el vocabulario que se maneja de manera personal es tan escaso, pobre y marginal que no permite generar nueva asociación de ideas. El colectivo actual de jóvenes que leen libros de manera espontánea está en franco declive y no es función primaria de los colegios que se incentive este hábito, es desde el seno del hogar que se genere este forma de ensimismarse porque nos permite utilizar nuestra imaginación y enriquece nuestro vocabulario.
Este comentario es y será impopular por lo antes dicho, pasará a la estadística marginal de los "likes" y será una gota de sapiencia y reflexión en este océano de cacosmia que hoy ya está establecido, solo la inmensa minoría podrá tomar partido de esta reflexión, pero es posible que no mueva ningún ápice de voluntad en este curso devenir de los años, pues el crecimiento de la humanidad no es de unos cuantos afortunados que utilizan su libre y verdadero albedrío para crecer y hacer crecer a la humanidad sino que este debe ser de todos. Solo espero equivocarme y que el futuro no me de la razón por el bien de las futuras generaciones. Hoy expreso mi preocupación y deseo manifestar mi espíritu contracultural en esta atmosfera virtual que nos rodea. Mi apuesta no es personal es porque aun abrigo esperanzas que la misantropía no me envuelva. Si hoy decido que esta prosa sea barroca es con el fin de fomentar el espíritu de la búsqueda.
El pesimista que quiere que las cosas salgan bien...
Los caminos recorridos, si son buenos, dejan marcas como surcos indelebles en el pensamiento y son esos condicionales de vida que te permiten reorientar tu brújula y no perder tu norte. Aquellos que caen, tienen esa gran posibilidad de usar su libre albedrío para corregirse y no perder su esencia, todo depende de su formación ética. En un mundo "civilizado" la ética dominante es la colectiva, esa de la cual todos suscriben seguirla, practicarla y difundirla. Pero hoy me pregunto: ¿la cumplimos?, no..., intentamos o tal vez la observamos con un gran desdén porque eso es difícil, nos gusta lo fácil, el no esfuerzo y caemos, nos degradamos, involucionamos. Hoy somos una sociedad que en las últimas décadas ha dado avances muy significativos en el conocimiento humano, pero siento que en nuestro mundo interior el crecimiento ha sido ínfimo o negativo.
Hoy soy un pesimistas que quiere que las cosas salgan bien -frase prestada de mi amigo Bryce Echenique- por eso intento ser contra cultural, rebelde del mundo actual, pero a veces suelo perder esas pequeñas luchas cuando en mi entorno veo caídas de aquellos que estimas, producto de decisiones equivocadas del pasado. Aunque siento que es necesario, que aquellos que caen tienen esa posibilidad de levantarse, otros no lo hacen. La vida real no es esa novela con inicio y final feliz, es una constante lucha. La felicidad es un retazo de tiempo llena de regocijo que logras robarle a la vida y cuando esta llega hay que vivirla con la máxima intensidad.
Aún no me canso y creo no agotarme para predicar que no debemos alejarnos de nuestro mundo interior. Lo exterior, lo pelágico, lo superfluo no debe mover la balanza en la vida. La madurez se impone cuando el mundo interior es cultivado, he de allí el término culto. Término extraño e intimidatorio hoy para aquellos que quieren vivir en su ostracismo, en su mundo cuadriculado, que se dejan llevar por ese entorno lleno de basura visual y digital.
Debemos volver a nuestros orígenes a nuestras raíces y fomentar los buenos hábitos y los que sienten el llamado a abrigarse bajo el manto religioso no deben caer en el fanatismo. La palabra debe estar siempre acompañada de movimiento y de hechos.