Un aporte de mi amigo Jorge "Coco" Salas
El circo Terry en Máncora y la trapecista del ayer
Como estas Leo, felicito la iniciativa que has tenido de dar a conocer historias, hechos y anécdotas de Máncora y tienes en Leoncio Cirilo el cómplice perfecto para brindarnos alegrías por las sabrosas crónicas que ya nutren el blog, de manera que al no poder quedarme ajeno a tu genial idea, se me ha dado por escribir algo que vino a mi memoria y es el recuerdo de los circos que llegaban a nuestro pueblo.
Siempre me gustaron los circos, contaba mi madre que Papá escapó de su natal Arequipa en un circo, huyendo de las tandas que el abuelo le daba, porque era el buscapleitos de la familia, pero solo estuvo muy poco tiempo trabajando en el mundo circense. Será porque niño mi madre nos relataba lo que mi viejito le contó es que le tome cariño al circo y por ejemplo entre los secretos que nos daba para asistir a una función con fieras salvajes como leones, tigres y osos era el que lleváramos fósforos y un periódico, por si se vaya a escapar de la jaula uno de ellos el fuego lo mantendría a raya.
El circo mas famoso que llegaba por estos lares era el Circo Terry, y era tanta mi emoción por verlo que hasta cuando estaban instalando la carpa ahí de cuclillas con otros chiquillos, observaba como es que hacían para levantarla, viendo a las chicas guapas que al otro día se lucirían en el trapecio o haciendo contorsiones , o de lejitos nomás absortos contemplábamos a los tigres de bengala, o a los feroces leones africanos y nos llamaba la atención ver al enano del circo que descamisado se asomaba por el camerino de tela a rayas.
Dormía pensando en el circo, como hacer para agenciarme de la entrada, pero sobre todo trataba de complacer a mi madre para que me de permiso y no perderme la noche del debut.
Los debut de los circos eran los sábados por la noche, y por la tarde salía una camioneta con bocinas anunciando el anhelado retorno triunfal del maravilloso circo Terry, con animales amaestrados traídos directamente desde la selva africana y en otro carromato iban los graciosos payasos chilenos y las guapas bailarinas que con su belleza engalanaban la caravana artística, la gente salía a sus puertas a ver el paso del anuncio de la función inaugural y saludaban a los artistas y los payasos hacían muecas y todo el mundo contento que llegaba el circo , pero en casa el mas contento era yo.
En los años setenta como todos sabemos, la luz se cortaba a las doce de la medianoche, la mayoría de casas no tenían televisión, el único cine que siempre hubo a veces funcionaba, otras veces no, de manera que la distracción era escasa, así que la llegada de un circo traía a niños y adultos mucha alegria.
El circo se ubicaba en la calle Miraflores, cerca al colegio Micaela Bastidas,y era un descampado donde antaño fue la cancha de fútbol del pueblo. Desde la panamericana se veía la carpa del circo, iluminada por focos de luz de colores y toda la gente se iba para allá y yo con la collera del barrio, bien cambiaditos y acicalados por nuestras madres, peinaditos con corte chiquito que nos hacia Don Eligio Hidalgo,el estilista de aquellos memorables años y vecino mío, quien después de cortarnos el cabello nos metía un palmazo en la nuca, contentos nos dirigíamos al circo. Entre los muchachos que asistíamos al debut estaban, Coco Atoche, el inubicable Martin -desde que se fue nunca mas volvió- que hasta su primer apellido se me olvida, pero su mama era de apellido Hidalgo, Jano Seminario, Leo Atoche y creo que hasta Omar Rios y Agustín Becerra. Carlos Silva, que recuerde, nunca fué con nosotros a un circo, no creo Carlos que deba ser porque los payasos dicen malas atrevidezas, como en los estadios los hinchas.
Bueno, retornando al tema cirquero, es que la función era un éxito de taquilla y la entrega de los artistas porque la gente los aplauda, era total. Nunca olvidare a la chica del trapecio, Kelly Star creo era su nombre artístico, tendría como unos dieciséis o diecisiete años y era hermosa, blanca, con su larga cabellera negra ,su tanga azulina con brillantes, espigada ella era la reina de los aires, la majestad que desafiaba a la gravedad ,verla volar de un trapecio a otro, era un premio a la vista.
El asunto es que a mis escasos doce años me gustaba Kelly que quise irme en el circo, aunque sea como el que vende los dulcecillos en el entretiempo de la función. Se podrán imaginar que cuando salía de la escuela, no me iba directo a casa, si no que tenia que pasar por el circo y con solo verla me contentaba. Era platónica la cosa.
Se quedaba una semana el circo en Máncora y entraba hasta tres o cuatro veces a las funciones y la función del gancho, ganchito, ganchazo, todos los del barrio estábamos nuevamente juntos ahi, pero yo mas en silencio iba para despedirme de la inalcanzable Kelly Star. Ninguno lo sabia porque no se los dije, para que no me cochinearan y bueno ahora que lo saben espero no me estén jod......
Otros circos que llegaban por aquí fue el Africano de Fieras, el Mejicano, entre otros.
Con sincero aprecio Jorge "Coco" Salas Arica