Leoncio Cirilo y su dicotomía
Ayer me caí, pero tuve la enteresa de levantarme y seguir caminando, sin verguenza porque creo en el verbo expulsado.
Hoy siento el renacer de la vida, el señor de la triste figura me enseñó a ver la vida con ilusión y realidad, estoy aprendiendo a desfaser entuertos, ir contracorriente y creerme. Gracias señor caballero por llegar, préstame por un instante tu armadura y entender tu hermosa filosofía quijotesca.
La vida es esa dicotomía, sueño y realidad. Es amar a su dulcinea como si fuera para siempre, pensando que algún día tome la decisión de partir para siempre al Toboso, Pero tambien pisando firme y agradeciendo a la vida, por ese don de escribir estas líneas a pesar que lamente lo que deje en el camino o no pueda hacer por mis miedos.
Mi vida sanchopancesca se mezcla con mi espiritu quijotesco, ese es el Leoncio Cirilo, un loco, pescador de sueños, artesano del diálogo sincero, lacrimogénico y humanístico.
Vivir como el Sr. de la triste figura es mi ilusión, es ingresar en la burbuja de la felicidad permanente sin que el ajeno me lastime, solo con mis ilusiones y sueños junto a mi escudero y pensado siempre que el amor de Dulcinea estará allí intacto como el primer día cuando me encontré con ella.
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Vivir como el Sr. de la triste figura es mi ilusión, es ingresar en la burbuja de la felicidad permanente sin que el ajeno me lastime, solo con mis ilusiones y sueños junto a mi escudero y pensado siempre que el amor de Dulcinea estará allí intacto como el primer día cuando me encontré con ella.
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