Mi amigo Charly
Solía caminar con mi amigo charly por la playa, cuando el sol me regalaba sus ocasos. Fueron momentos llenos de quietud oliendo la naturaleza marina, mi amigo, mi fiel compañero siempre me regaló su sonrisa. Con sus ojos vivaces me decía lo mucho que me apreciaba, caminábamos, corríamos y jugábamos juntos. Amante de la naturaleza, dejábamos que la brisa marina nos envolviera de su frescor y mirábamos el horizonte envueltos con una gran tranquilidad.
Muchos años acompañó mi infancia y juventud, fiel por naturaleza no dejaba que la tristeza me invadiera, hoy recuerdo cuando mi gran amiga se despidió de nosotros para siempre, él estuvo junto a ella y durante los dias posteriores nos refugiábamos en esos rincones y llenos de tristeza nos desahogábamos, nuestros pasos nos delataban, eran pasos de tristeza llenos de soledad, él estuvo allí compartiendo mi tristeza y sintiendo la ausencia de mi gran amiga.
Admiraba su pecado gular, devorador de cuanto esquisitez culinaria tenía al frente. Amante de las estructuras oseas bien cocidas. Disfrutaba de las aguas heladas que mi amigo José le prodigaba de su depósito de hielo para la raspadilla y era un amante empedernido. Admiraba su entrega total cuando cupido lo invadía, dejaba todo por estar junto a su amada, se perdía durante días por entregar su amor a la pareja de turno y después de apagada su llama sentimental volvía a casa con una verguenza que lo delataba pues no atrevía a mirarte a los ojos ó hacerte cariños de amistad, simplemente ingresaba a casa y en un rincón de su habitación se refugiaba a la espera de la reprimenda. Sucio y delgado volvía a casa con un hambre devorador después de haber lidiado con un sinnúmero de pretendientes y airoso de haber conquistado a su amada por unos días entregados al placer de la exquisitez sexual. Llevaba una filosofía de vida muy práctica, te podrán reprender, te podrán castigar pero después de todo, nadie te quita lo bailado.
Aprendió a recibir en el aire su golosinas preferida, unas rosquitas hechas de harina y manteca, disfrutábamos de su pericia acobática. Era un nadador eximio en el mar, le gustaba el agua salada se sentía como un pez en el agua y solía embadurnarse de arena fina cuando se refrescaba en el mar después de un reparador baño de agua marina.
Tenía el rostro de adulto pero el cuerpo de joven y enano, lleno de vitalidad con una voz gruesa te intimadaba, en el fondo era un encanto de ser lleno de bondad. Cuando entablabas amistad con él conocías su verdadera alma, juguetón por naturaleza y compañero en ausencias necesarias. Supo acompañarme cuando mis sentimientos estuvieron en silencio por la ausencia de alguna doncella. Cuanto extraño a mi amigo, tal vez hoy comprendiera mi corazón y acompañaría mi silencio como lo hizo en mi juventud.
Este es mi homenaje a un amigo de siempre, que estuvo a mi lado, fiel a su estilo porque Dios lo hizo así. Existe un espacio reservado en mi memoria para él, supo entender mis sentimientos y me llenó de felicidad, hoy que decidí caminar en silencio me acordé de él, tal vez Dios me lo envió a mi memoria para que me acompañe y que mi nostalgia amengue mi dolor...gracias amigo Charly mi fiel escudero.